La primera prueba (continuación)

1 Llegado el día en que los ángeles de Ha-Elohim se presentan ante Adonai, vino también con ellos Satanás a presentarse delante de Adonai. 2 Y dijo Adonai a Satanás: ¿De dónde vienes? Y Satanás respondió a Adonai diciendo: De rodear la tierra y andar por ella.

3 Y dijo Adonai a Satanás: ¿Acaso pusiste tu corazón contra mi siervo Job, porque no hay como él en la tierra, hombre inocente y veraz, íntegro, temeroso de Elohim y apartado de todo mal, que aún se aferra a su integridad a pesar de que me incitaste contra él para arruinarlo sin causa? 4 Satanás respondió a Adonai y dijo: ¡Piel por piel! Todo cuanto el hombre tiene, lo dará por su vida. 5 Pero extiende ahora tu mano y toca sus huesos y su carne, y verás cómo te maldice en tu propio rostro. 6 Y Adonai respondió a Satanás: Helo ahí en tu mano. Solo que no toques su vida. 

 

La segunda prueba 

7 Salió, pues, Satanás de la presencia de Adonai, e hirió a Job con una úlcera maligna de pies a cabeza. 8 Y tomó un tiesto roto para rasparse el pus, y se sentó en el basurero, fuera de la ciudad. 

9 Y pasado mucho tiempo, le dijo su mujer: ¿Hasta cuándo te mantendrás diciendo: He aquí, soporto un tiempo, un poco más, mientras conservo la esperanza de mi salvación? Porque, he aquí, borrada de la tierra tu memoria; los hijos y las hijas, dolores de mi vientre y fatigas, a los que en vano te parí entre angustias. Y tú mismo, sentado entre putrefacción de gusanos, pasas la noche a la intemperie. Y yo, errante y de fregona, de sitio en sitio y de casa en casa, esperando a que se ponga el sol, para descansar de las fatigas y de los dolores que ahora me oprimen. ¡Maldice a Adonai y muérete! 

10 Pero él la miró y le dijo: Has hablado como una de las mujeres insensatas. Si recibimos lo bueno de mano de Adonai, ¿no soportaremos lo malo? 

En todo esto que le había sucedido, no pecó Job con sus labios ante la presencia de DIOS. 

 

Los amigos de Job 

11 Tres amigos de Job oyeron de todo el mal que le había sobrevenido, y acudieron cada uno de su lugar: Elifaz temanita, Bildad sujita y Sofar naamatita, quienes convinieron en ir juntos para condolerse con él y consolarlo. 12 Pero cuando alzaron los ojos desde lejos, no pudieron reconocerlo, y echaron a llorar a voz en cuello, y rasgaron sus vestiduras, y se rociaban tierra. 13 Y estuvieron sentados con él siete días y siete noches, y ninguno habló, pues veían que la herida era terrible y muy grande. 

 


2.5 maldice...§212; Sal 10.3 nota. 2.8 tomó... Esto es, Job. 2.8-9 Se sigue LXX. TM omite esta reveladora sección. En la detallada pérdida de sus hijos, la dramática condición de su marido y su desesperada situación, las palabras de la mujer de Job conforman el lógico preludio de su consejo: ¡maldice a Dios y muérete!  El sentido aquí es que el remedio más expedito para terminar su triste existencia, consistía en maldecir a Dios, toda vez que el castigo del blasfemo resultaba con la experiencia de una muerte inmediata. Además, el texto preservado en la LXX, eleva a Job en su heroica decisión por mantener su integridad. 2.9 Maldice... Heb. baráj = bendecir, maldecir §26; §212; Sal 10.3; muérete... Es decir, para que puedas morirte. 2.10 Se sigue LXX. 2.11 Sofar... Heb. Tsofar. 2.12 Se sigue LXX →§194

 Abreviaciones