El terror de Israel
1 Nahas, rey de los hijos de Amón, oprimía amargamente a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén. Para esparcir terror y espanto en Israel, a cada uno de ellos les había arrancado el ojo derecho. No quedó ni uno de los hijos de Israel de allende, cuyo ojo derecho no hubiera sido arrancado por Nahas amonita, excepto siete mil hombres, que huyeron de los hijos de Amón y entraron en Jabes Galaad. Como un mes más tarde de esto, subió Nahas amonita y acampó contra Jabes Galaad. Y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Pacta con nosotros y te serviremos. 2 Y Nahas amonita les respondió: Así pactaré con vosotros: Que a cada uno os arranque el ojo derecho, para que sirva de afrenta a todo Israel. 3 Y los ancianos de Jabes le dijeron: Déjanos siete días para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel, y si no hay quien nos libre, nos rendiremos a ti. 4 Cuando los mensajeros llegaron a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
5 Y he aquí Saúl llegaba del campo tras los bueyes, y preguntó Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que lloran? Y le refirieron las palabras de los hombres de Jabes. 6 Al oír estas palabras, el Espíritu de Elohim vino poderosamente sobre Saúl, y su ira se encendió en gran manera. 7 Y tomando un par de bueyes, los cortó en pedazos y los repartió por todo el territorio de Israel mediante mensajeros, diciendo: Así será hecho con los bueyes del que no salga tras Saúl y tras Samuel. Y el temor de YHVH cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. 8 Y les pasó revista en Bezec: los hijos de Israel eran trescientos mil, y los hombres de Judá treinta mil. 9 Y dijeron a los mensajeros que habían llegado: Así diréis a los hombres de Jabes Galaad: Mañana, al calentar el sol, seréis librados. Y los mensajeros fueron y lo informaron a los hombres de Jabes, y ellos se alegraron. 10 Y los de Jabes dijeron: Mañana saldremos a vosotros, y haréis con nosotros todo lo que bien os parezca.
Derrota de los amonitas
11 En la madrugada Saúl dispuso al pueblo en tres escuadrones, y en la vigilia de la mañana entraron en medio del campamento y atacaron a los amonitas hasta el calor del día; y el resto fue dispersado sin que quedaran dos de ellos juntos. 12 Y el pueblo le dijo a Samuel: ¿Quién decía: ¿Reinará Saúl sobre nosotros? ¡Dadnos a esos hombres para darles muerte! 13 Pero Saúl respondió: Ningún hombre será muerto en este día, porque YHVH ha dado hoy victoria en Israel. 14 Y Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal y renovemos allí el reino. 15 Y todo el pueblo fue a Gilgal, e hizo que Saúl reinara delante de YHVH en Gilgal. Y allí ofrecieron sacrificios de paz delante de YHVH; y Saúl y todos los hombres de Israel tuvieron allí gran regocijo.
►11.1 Se sigue Q, LXX →§200; de allende... Esto es, del otro lado del Jordán →Jos. 13.15-28. ►11.3 nos rendiremos... Lit. saldremos. ►11.10 a vosotros... Esto es, a Nahas y a los amonitas.