El tiempo del fin
1 Sobre mi atalaya me pondré y sobre la roca afirmaré el pie, y velaré,
Hasta ver qué dice en mí,
Y qué hace que responda a mi querella.
2 Entonces YHVH me respondió y dijo:
Escribe la visión y explícala en tablillas,
Para que cualquiera la lea con rapidez,
3 Porque es aún una visión para el tiempo señalado:
Ella hablará al fin, y no será frustrada,
Aunque tarde, aguárdala,
Porque sin duda vendrá y no se retrasará.
4 Mi justo vivirá por fe, y si retrocediere, no agradará a mi alma.
5 El hombre arrogante, traicionado por el vino, no descansa,
Su deseo se ensancha como el Seol, y es como la Muerte, que nunca se sacia.
Aunque despoje a todos los pueblos,
Y se adueñe de todas las naciones,
6 ¿No entonarán todos ellos contra él proverbios sarcásticos, diciendo:
¡Ay! del que acapara lo que no es suyo?
¿Hasta cuándo había de acumular prendas?
7 ¿No se alzarán de pronto los que te han de saquear?
¿No se despertarán los que te oprimirán con violencia, para serle objeto de rapiña?
8 Porque tú saqueaste a muchas naciones,
Otras naciones te saquearán a ti,
Por la sangre humana derramada,
Y por la violencia hecha a la tierra, a la ciudad, y a sus moradores.
9 ¡Ay del que mete en su casa ganancias injustas,
Y pone en alto su nido para escapar de la calamidad!
10 Tramaste vergüenza para tu casa, aniquilando a muchos pueblos, has pecado contra ti mismo.
11 Por eso la piedra clamará desde el muro,
Y la viga del enmaderado le responderá.
12 ¡Ay del que edifica una ciudad sobre la sangre,
Y establece una aldea sobre la iniquidad!
Restauración
13 ¿No procede de YHVH Sebaot que los pueblos trabajen para el fuego,
Y las naciones se fatiguen en vano?
14 Pero la tierra estará llena del conocimiento de la gloria de YHVH,
Como las aguas cubren el mar.
15 ¡Ay del que emborracha a su prójimo,
Y lo embriaga con un cáliz venenoso
Para recrearse en su desnudez!
16 Te has llenado de deshonra más que de honra.
¡Bebe tú también, y exhibe tu prepucio!
El cáliz de la diestra de YHVH se volverá contra ti,
Y una pútrida ignominia cubrirá tu gloria.
17 Porque la violencia hecha al Líbano,
La matanza de las bestias aterrorizadas,
La sangre humana derramada,
Y la violencia hecha a la tierra,
A la ciudad y a cuantos moran en ella, te cubrirán.
Idolatría
19 ¡Ay! del que dice al leño:
¡Despierta!, y:
¡Álzate! a la piedra muda.
¿Puede enseñar?
Helo aquí, recubierto de oro y plata, sin que haya espíritu en él.
18 ¿Qué provecho tiene, pues, un ídolo para que su artífice lo esculpa,
Imagen de fundición y oráculo de mentira,
Para que confíe en él habiéndolo hecho ídolo mudo?
20 Pero YHVH está en su santo templo:
¡Calle ante Él toda la tierra!
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