Sofar: La suerte del impío

1 Respondió entonces Sofar naamatita, y dijo:

En verdad mis pensamientos impulsan mi réplica,

A causa de la agitación que hay en mí.

He oído una reprensión que me afrenta,

Y el espíritu de mi entendimiento hace que responda.

¿No sabes acaso desde la antigüedad,

Desde que el hombre fue puesto en la tierra,

Que el triunfo de los malvados es efímero,

Y que la alegría del profano dura un instante?

Aunque su altivez suba hasta los cielos,

Y su cabeza toque las nubes,

Como sus mismas heces, perecerá para siempre.

Quienes lo veían se preguntarán:

¿Dónde está?

Se esfumará como un sueño, y no será hallado,

Se disipará como visión nocturna,

El ojo que lo miraba, no lo verá más,

Ni su lugar volverá a contemplarlo.

10 Tendrá que devolver sus riquezas mal habidas,

Y sus hijos mendigarán como indigentes.

11 Sus huesos se acostarán con él en el polvo

Llenos aún de vigor juvenil,

12 Y aunque la maldad haya sido dulce en su boca,

Y la haya ocultado debajo de su lengua,

13 Y, retenida, no la haya querido soltar,

Y la mantenga en su boca,

14 Su manjar se descompondrá en sus entrañas,

Por la hiel de áspides en sus intestinos.

15 Devoró riquezas, pero las vomitará,

Porque DIOS se las sacará del vientre.

16 Chupará el veneno del áspid,

Y lo matará la lengua de la víbora.

17 No verá los arroyos que fluyen,

Los torrentes que fluyen leche y miel.

18 Devolverá el fruto de su labor sin haberlo tragado,

Y no disfrutará el lucro de su comercio,

19 Por cuanto oprimió y desamparó al pobre,

Y se apoderó de casas que no construyó.

20 Porque su vientre no conoció el sosiego,

Nada retendrá de lo que más codiciaba.

21 Por cuanto nadie escapó a su propia rapacidad,

Su prosperidad no será duradera.

22 En la plenitud de su opulencia, sufrirá estrechez,

Y lo alcanzará todo golpe del infortunio.

23 Cuando se disponga a llenar su vientre,

Enviará sobre él el furor de su ira,

Y la hará llover sobre él mientras come.

24 Si huye del arma de hierro,

Lo traspasará una saeta de bronce,

25 Si logra arrancarse la saeta que le sale por la espalda,

¡He aquí, la punta reluciente procede de su hiel!

Y sobre él se abatirá el pavor.

26 La más densa tiniebla está reservada para sus tesoros,

Un fuego no atizado lo devorará,

Y consumirá el remanente en su tienda.

27 Los cielos revelarán su iniquidad,

La tierra misma se alzará contra él,

28 Una inundación arrastrará su casa,

Aguas derramadas en el día del furor divino.

29 Tal es la porción de Adonai para el hombre impío,

Y la herencia que le destina el observador.

 


20.20 no conoció el sosiego... Es decir, su codicia era insaciable. 20.25 el pavor... Es decir, le sobreviene el presentimiento de la muerte. 20.26 no atizado... A causa de la pasiva: no atizado por el hombre. 20.29 Se sigue LXX. observador... Gr. epíscopos. Aquí referido a Dios.

 Abreviaciones