1Co 9.17; Ef 1.10; 3.2; Col 1.25; 1Ti 1.4. La identificación de ciertos períodos de tiempo bíblicamente indicados, unidos al propósito divino de cada uno de ellos, constituye la única base razonable para entender gramaticalmente las Sagradas Escrituras. Este enfoque evidencia que los grandes períodos de tiempo de la Biblia (expresados directa o indirectamente, por tipos, numeración o ejemplo →§167), conforman patrones artísticamente diseñados (§63), bien definidos, que se mueven hacia el cumplimiento de los tiempos señalados (§183), para la Iglesia y para Israel. Comprender, pues, el programa divino de las edades es importantísimo. Sin su conocimiento, el lector vagará sin rumbo en la doctrina, y fracasará en su propósito de utilizar las Escrituras en provecho propio y de otros. Son incontables los errores prevalecientes debido al descuido de leer (y aplicar) en una dispensación, plan o edad lo que pertenece a otra.