Figura de dicción que significa disimulo y que consiste en expresar un pensamiento de tal forma que significa lo contrario de lo que se dice, no para ocultar su verdadero sentido, sino para más fuerza. Cuando la ironía comporta ridículo o desprecio se llama sarcasmo (gr. sarcázo = desgarrar la carne como hacen los perros al comerla). Esta figura puede dividirse en cinco clases:
- Ironía divina. Cuando es Dios quien habla. En Job 38.21 la ironía es contra quienes piensan que lo saben todo acerca del mundo y sus orígenes (Is 2.10; 50.11; 57.13; Job 38.4; Mr 7.9; Jn 3.10; 7.28).
- Ironía humana. Cuando el que habla es un ser humano (1R 18.27; 22.15; Jn 19.14; 2Co 11.5; 12.11-13).
- Ironía peirástica. Cuando las palabras no constituyen ironía en el sentido ordinario del vocablo, sino que se usan para poner a prueba a alguien. Gr. peirastikos (Gn 19.2)
- Ironía simulada. Cuando un ser humano usa las palabras con disimulo o hipocresía (Gn 37.19; Mt 22.16; 27.29).
- Ironía engañosa. Cuando las palabras son pronunciadas, no solo con disimulo, sino con engaño (Gn 3.4-5; Mt 2.8). (Bullinger - Lacueva).