... prefiero el escándalo  a la ocultación de la verdad.

Decidirme a escribir acerca del escabroso tema de los alimentos sacrificados a los ídolos en la Navidad Cristiana y Año Nuevo, y su nexo con los lugares altos de Israel, no ha sido fácil. Su controversial contenido seguramente convulsionará sentimientos de muchos, quienes tendrán que confrontarse con la posibilidad de que, aun siendo sinceros, puedan estar siendo desviados de su fidelidad a Cristo mediante las sutiles tradiciones del mundo.

Más difícil aún fue decidirme a publicarlo. Llevo más de treinta años considerando el asunto y hoy pido perdón a Dios por la demora. 

Puedo decir que este tratado ve su fin más por obedecer la voz de mi espíritu que por seguir los siempre confusos sentimientos de mi corazón. La comprensión plena de 1 Juan 5.2 motivó especialmente mi voluntad para hacerlo:

En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: Cuando amemos a Dios y practiquemos sus mandamientos.

Guardar los mandamientos de Dios es, pues, la más grande expresión de amor fraternal: Solo cuando obedezco la Palabra estoy amando a mi hermano. Tal razón me dio fuerzas para, finalmente, poder sacar a luz un tema tan conflictivo como es la estrecha relación que guardan las celebraciones navideñas con los alimentos sacrificados a los ídolos y el galardón del creyente. Este sucinto estudio es presentado con una oración, a fin de que, también otra porción de la Palabra (1Jn 5.3) pueda cumplirse en el corazón de cada cristiano lector:

Pues este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.

Carlos Fushan, 2003

Editor SBIA