20 Anexo

Escrito el 25/12/2018


La necesidad de dotar a la lengua castellana con un vocablo capaz de traducir el verbo griego skenóo, cuyo significado se describe de manera sucinta, es la siguiente:

 

Justificación lingüística

Más común que skenóo es el verbo skenéo, derivado de skené. Aunque skenóo es también bastante común en obras no bíblicas, su significado primario es vivir (o acampar) en una tienda. También se utiliza con referencia a otro tipo de habitación y, ocasionalmente, es traducido como habitar una tienda o tender una tienda

En la Versión Griega del Antiguo Pacto (LXX), la simple palabra skenóo es poco común cuando se compara con el vocablo compuesto kataskenóo, el cual ha de ser estimado como el verdadero término de la LXX para expresar el verbo que adolece nuestro idioma, y que generalmente se traduce como habitar o acampar (en el inglés, por ejemplo, el problema es solucionado con la traducción to tabernacle).

 

Justificación teológica

La necesidad surge para dar sentido pleno al pasaje que nos ocupa: Kai o lógos sarx egéneto kai eskénosen en emín, cuya traducción, según las limitaciones actuales de nuestro idioma es: Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Teológicamente, este enunciado está conectado con el concepto de la shekinah del Viejo Pacto, y sugiere que la tabernaculización (¿?) del Logos encarnado ha de ser considerada como una expresión que establece que su estadía terrenal no fue para Él sino un episodio entre su pre y post existencia como Señor exaltado, no sólo en relación al elemento transitorio de su paso por el planeta, sino como la manifestación del Eterno en la dimensión del tiempo y del espacio. Para expresar esta idea, las versiones castellanas del Nuevo Pacto utilizan verbos tales como habitar, morar, o fijar, aún cuando éstos expresan una idea de permanencia que el contexto no propone (Jn. 16.28). 

En este orden de ideas, dentro de tales limitaciones, quizá el verbo acampar sea el que mejor trasmite el concepto de transitoriedad, pero lo hace en detrimento de la fuerza y riqueza del sentido teológico propuesto por skenóo como tipo cumplido de la narrativa del Éxodo, de cuyos detalles no es posible referirnos ahora. 

Siendo así, el recurso de traslación más cercano con que cuenta nuestro idioma sería asentó tabernáculo entre nosotros. No obstante, esta construcción también limita la idea, toda vez que disgrega al sujeto del objeto, en tanto que es evidente que el griego se esfuerza por unir al Logos y a su acción en una sola palabra: skené, como si dijera: Cristoysuobra.

Para nosotros queda entonces claro que ninguna de las alternativas lingüísticas alcanza a llenar las exigencias teológicas para traducir fielmente el verbo eskénosen con una palabra capaz de: a) definir su acción, b) sin separar, c) determinando interinidad y d) limitando su conjugación al singular de la tercera persona. A fin de suplir esta omisión, y como quiera que la palabra tabernáculo es designada por la Academia Real de la Lengua Española como traducción del sustantivo latino tabernacûlum, y éste del griego skené, la Biblia Textual propone el fonetismo tabernaculizar, y lo aplica como traducción de eskénosen, para que el pasaje se lea: Y el Logos se hizo carne y tabernaculizó entre nosotros... (Jn. 1.14a).