Gn 2.1. Según los diccionarios, el vocablo heb. tsaba se aplica tanto a elementos físicos (astros) como a espirituales (ángeles). LXX registra cosmos. El reordenamiento o puesta en orden  de los cielos y tierra, y ejércitos tiene lugar como consecuencia del caos ocurrido en 1.2. Debe entenderse como su conjunto ordenado, distinto de la Creatio ex nihilo de 1.1 (He 1.2 y 11.3).

Es de resaltar el énfasis puesto en todo su ejército al ser enumerado junto con los cielos y la tierra  y no como parte de estos. Indudablemente el Autor quiere hacer notar el importante papel de todo este ejército. YHVH Sebaot es Dios de los ejércitos (Am. 5.27b) y sentado en su trono manda sobre todos ellos (2Cr 18.18; Lc 2.13; Col 1.16; Ap 9.16; 19.14, 19). Él los saca por número, a cada uno convoca por su nombre y ninguno deja de presentarse (Is 40.26). Están los de la diestra y los de la siniestra (Mt 25.41). Dentro de todo este ejército, están con los que tenemos la lucha, la que no es contra sangre ni carne, sino contra principados, potestades, gobernadores del mundo de la tiniebla, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Ef 6.12; Col 2.15), a los que Elohim les ha asignado a las naciones para que les sea rendido culto y adoración cuando estos los seduzcan (Dt 4.19; 17.3; 2R 17.16; 21.3-5; 23.5; Jr 7.18; 8.2; Sof 1.5). A estos, las potestades de los cielos, maldiciones que constriñó en las luminarias (Gn 1.14-16), se derretirán cuando los cielos se enrollen como un rollo. Todas sus huestes caerán a la tierra, como la hoja cae de la vid, y como el higo cae de la higuera (Is 34.4; Mt 24.29; Ap 12.4) cuando venga el Mesías por segunda vez.

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