Jn 19.1 lo azotó... Lc 23.16 azotarlo... La ley romana establecía la flagelación como acto previo a la crucifixión (Mr 15.15). Suponiendo que esta primera parte del castigo satisfaría a los judíos, Pilato ordenó azotar a Jesús suponiendo que luego podría soltarlo (Mt 27.26; Lc 23.22). Este severo castigo consistía en ser atado de pie a una corta columna (columna de la flagelación), y azotado con un látigo cuyas varias lenguas o colas estaban rellenas con plomo y tachonadas con trozos de huesos afilados, de manera que cada azote resultaba en una horrenda laceración y, frecuentemente, en la muerte del reo.