Jn 9.6, 32. Quizá, por cuanto el verbo untar o pringar parecía inapropiado para describir la aplicación del lodo, unos pocos copistas lo sustituyeron por el término más común epétheken = puso. El comentario del Diatesarón es significativo: le hizo ojos de su lodo. El registro en 9.30-32 sugiere un portento que va más allá del ya maravilloso hecho de devolver la vista... ¿acaso había nacido sin globos oculares?