Ap 13.8. La última frase desde la fundación del mundo, se halla al final, fuera de su sitio (hipérbaton), para llamar la atención al hecho de que los elegidos estaban inscritos en el libro de la vida del Corderito desde la fundación del mundo. El Corderito, provisto desde antes de la fundación del mundo, fue manifestado (e inmolado) al final de los tiempos (He 1.2), por amor a nosotros (1P 1.20).