Mt 23.35. Zacarías, hijo de Berequías (Zac 1.1), no es al que se refiere Mateo en su narración, puesto que no fue muerto entre el santuario y el altar. Jesús demanda a los escribas y fariseos la sangre justa que está siendo derramada sobre la tierra, cumpliendo así la petición hecha por Zacarías hijo de Joiada (2Cr 24.20-22).
Desde tiempos tempranos, las palabras hijo de Berequías fueron añadidas como nota marginal por un copista en א (M01A → Anexos), probablemente contrariado por la sentencia ¡YHVH lo vea y lo demande! registrada en 2Cr 24.20-22 y, vista y demandada por el Hijo de Dios (¡YHVH hecho carne!).
La caligrafía de esta inserción es completamente distinta a la del texto del documento. La omisión está respaldada por el minúsculo 59 (Códice Demidorianus), por los Leccionarios l6, l13 y l185, y por el historiador Eusebio. Tampoco el pasaje paralelo, ubicado en Lc 11.51, registra hijo de Berequías. Es de hacer notar que entre el hijo de Joiada, contemporáneo al rey Joás, (quien vivió antes del cautiverio) y el hijo de Berequías profeta de la restauración (quien vivió después del cautiverio) se difiere en 300 años.