Neh 8.8. Exégesis mediante la acentuación. Los te`amim o acentos, también llamados signos de entonación, son elementos significantes, portadores de sentido, sea por asociación o por disociación de los elementos que componen el texto hebreo. Los acentos cumplen una función similar a la de las ligaduras y pausas de una partitura musical. La interpretación musical consiste en gran medida en el arte del fraseado, que está asociado al ritmo. De modo similar la rítmica bíblica tiene mucho de semántica. Ritmo y sentido corren parejos. Si no se presta la debida atención al acento, se corre el riesgo de perder el sentido del texto.

Los te`amim, pues, añaden a las consonantes y vocales una capa exegética y dimensión musical. Podemos diferenciar tres de sus funciones:

  • Para dirigir la lectura bíblica con las pautas musicales;
  • Para indicar el énfasis en la palabra;
  • Para denotar la relación sintáctica entre las palabras, ya sea como disyuntiva (separar) o conjuntiva (unir).

El sistema de acentuación también incluye tres signos denominados acentos eufónicos. Estos servían para indicar el buen sonido que los hebreos procuraban dar a sus palabras. Son tres: mackaph, pesik y gaeyah. El mackaph es un signo conjuntivo. El pesik denota una ligera pausa y el gaeyah (lit. elevación de la voz y también llamado meteg), indica un énfasis secundario. Al principio, la intención de la acentuación fue probablemente indicar el patrón melódico de la lectura, aunque según algunos eruditos, su función principal era exegético-sintáctica. La tradición de los acentos es antigua, como evidencia la literatura rabínica (Talmud de Jerusalén -Meg 4.74d; Talmud de Babilonia -Meg 3a; Ned 37b): Y leían en el rollo de la ley de Ha-Elohim explicando y dando sentido, de modo que entendieran la lectura (Neh 8. 8) La frase y dando sentido se refiere a los acentos.

 Abreviaciones