Las Tiqquney Soferim (enmiendas de los escribas) son alteraciones hechas en la antigüedad por los escribas del Texto Hebreo. La Masorah (explicación marginal del TM) registra específicamente cada una de las palabras antes que fueran “corregidas”. Distintas fuentes históricas presentan tres listas cuyo número varía en ocho, once o dieciocho correcciones. En determinadas partes de la Masorah, se hallan advertencias que dicen: Esta es una de las dieciocho (Tiqquney Soferim) enmiendas de los escribas. Pero, como se podrá comprobar, las enmiendas son más de dieciocho, pues aun cuando no figuran en la lista oficial, las secciones §25, §26, §27 y §288 exhiben pasajes igualmente enmendados. Estas alteraciones se llevaron a cabo en una época anterior a la era cristiana, y no deben ser consideradas como variantes textuales, por cuanto en cada caso se advierte que se trata de cambios deliberados, y que la palabra original es preservada en el margen. La mayor parte de estas alteraciones se hicieron mediante el cambio de una sola letra, en aparente simplicidad.

El análisis de estos pasajes muestra que el propósito de estas enmiendas provenía por un afectado sentimiento de reverencia de los escribas, que los llevó a eliminar ciertos antropomorfismos supuestamente ofensivos a Dios. Ellos juzgaron que estos vocablos no debían estar en labios del lector, con tal que el texto original se preservara en el margen. Sin embargo, las ediciones impresas de la Biblia Hebrea presentan el texto sin las notas masoréticas, y así las versiones omiten tales modificaciones en detrimento del texto. Como quiera que estas enmiendas, expresamente reconocidas por sus autores, exhiben una clara intromisión en el texto hebreo, la BTX, obviamente, sigue la lectura original informando al lector oportunamente en cada caso a pie de página.



Texto Masorético con su correspondiente Masorah