Gn 15.6 creyó... Gn 26.5 guardó... Ro 1.17 de fe a fe... Ro 4.3 justicia... La afirmación de Dios dicha a Isaac, de que su padre, Abraham, había oído la voz de Adonai y guardado su precepto, sus mandamientos, estatutos y leyes (Gn 26.5), lleva al lector a preguntarse: ¿cómo pudo cumplir Abraham todos los mandamientos? Faltaban todavía 400 años para que los mandamientos, preceptos, estatutos y leyes de Dios fueran escritas por Moisés.
El apóstol Pablo, citando Gn 15.6 en su carta a los Romanos (4.3), también nos habla de que Abraham creyó a Dios, y le fue contado como justicia. Y explica que al que cree en el que declara justo al impío, su fe le es contada como justicia (Ro 4.5), pues Dios, que suministra el Espíritu y está energizando poderes, lo hace por la noticia de fe y así Abraham creyó a Dios y le fue contado como justicia (Ga 3.5-6). Y esta noticia de fe es el Evangelio, en el que es revelada una justicia de Dios de fe a fe, porque el justo vivirá por fe (Ro 1.17).
El evangelio narra la muerte de Jesucristo, y es en esa muerte con derramamiento de sangre, y no en otra, que se hace perfecta la justicia de Dios, porque el castigo viene sobre el que no conoció pecado, y que por nosotros lo hizo pecado, para que llegáramos a ser justicia de Dios en Jesucristo (2Co 5.21). Al creer, Abraham cumplió todos los mandamientos de la ley, pues los cumplió en Cristo. Pero, ¿cómo llegó a creer en la obra de Dios? El apóstol Pablo da la respuesta citando el Salmo 19 cuando dice (Ro 10.18): ¿Acaso no oyeron? ¡Ciertamente que sí! Su mensaje salió por toda la Tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo habitado. Aquella noche, Adonai sacó fuera a Abraham para que mirara detenidamente los cielos y contara las estrellas (Gn 15.5), y viera en ellos la historia del evangelio, a Mazzarot, la historia de Redención del hombre contada en el gran pizarrón de Dios (§164). Recordemos que Abraham era astrónomo y que a causa de una luminaria salió de Ur de los Caldeos (Gn 11.28; §168). Ante los ojos de este astrónomo, se comenzó a revelar el Evangelio de la gracia de Dios, y fue así como creyó y le fue contado por justicia.