Dn 8.13. Tres personajes llenan la escena de la visión. Uno es Gabriel, el segundo es Daniel, y el tercero es un cierto santo cuyo nombre, lamentablemente, ha sido traducido con el pronombre demostrativo aquel. Sin embargo, lo que el texto hebreo dice es: Vaeshmeah ejád-kadósh medaber vayómer ejád kadósh lapalmoní hamdaber. Esto es: “Entonces oí hablar a un santo, y otro santo preguntó al que hablaba, a Palmoní”, de lo cual se deduce que el sujeto es Palmoní. Este nombre deriva de dos palabras hebreas: pele y mena. La primera significa maravilloso, admirable (Is 9.6), y la segunda, (menu) se traduce apropiadamente como numerador (Dn 5.25-26). Es muy probable que este admirable numerador, no sea otro sino el mismísimo Señor, cuya función específica, en este caso, está relacionada con los secretos que encierran las funciones de los numerales bíblicos. (J. Fabre, R. Naish)
El número ocupa un lugar importante en la revelación divina. Un Admirable Numerador preside sobre ellos, y tiene a su cargo dar a conocer los tiempos de Dios (§170).