Antes de fijar los acontecimientos de los últimos días de Jesús en la tierra, debemos recordar que la fiesta de pascua y de los ázimos fueron fijados por Dios en los días 14 y 15 de Abib (Nisán) respectivamente (Nm 28.16-18):
En el mes primero, el día catorce del mes, pascua es de YHVH. Y el día quince de ese mes será la fiesta solemne. Durante siete días se comerá panes sin levadura. El primer día habrá una santa convocación. No haréis ningún trabajo servil.
Otra consideración importante es la forma de contar los días y los meses en la Biblia (§319; §276). Teniendo esto presente y tomando todas las referencias de tiempo en los 4 evangelios podemos decir que los seis días antes de la pascua registrados en Jn 12.1 nos fijan la unción en Betania el día 9 de Nisán y el día 10 (al día siguiente →Jn 12.12), la entrada mesiánica a Jerusalén. Mateo inserta en forma de paréntesis la narrativa de la unción (Mt 26.6-13) entre el complot que preparaban los principales sacerdotes y los ancianos (Mt 26.1-5) y el acuerdo al que llegaron con Judas Iscariote para entregar a Jesús (Mt 26.14-16).
Es de resaltar que en Lc 22.7 se ha escogido la variante griega pascha = pascua del Códice Beza por ser la mejor lectura que refleja al Original, en vez de la que registra el NA28, gr. azumos = ázimos, ya que es imposible que el día 15 de Abib (1.er día de la fiesta de los ázimos) se sacrificara el cordero, pues según Lv 23.5-8 era el día 14. También de esta manera concuerda con el paralelo de Mateo: Y antes del día de los ázimos... y llegados el atardecer estaba reclinado a la mesa con los doce (Mt 26.17, 20). Éxodo 12 narra la primera pascua que los israelitas comieron en Egipto. Los versículos 6 al 8 nos detallan cuándo debía ser sacrificado el cordero (día 14) y cuándo comido (día 15).
No hay duda que el día uno de la semana fue el día de la resurrección del Señor Jesús (Jn 20.1-10; Mt 28.1-10; Mr 16.1-8; Lc 24.1-12) y que este día es posterior al día sábado (Mr 16.1). El mismo día (Lc 24.13), los discípulos que iban hacia Emaús narran los últimos acontecimientos al Forastero diciéndole: ya es el tercer día desde que sucedió esto (Lc 24.21). Esta referencia nos permite afirmar que el día de la resurrección ocurrió el 17 de Nisán. Para que el Señor Jesús pudiera resucitar el día uno de la semana, el mes de Abib de ese año debió ser un mes pleno. Es decir, de 30 días.
Las citas en las que se menciona que la resurrección de Jesús ocurriría al tercer día de su muerte son muchas. He aquí algunas de ellas: Jn 2.19-21; Mt 16.21; 17.23; Mr 8.31; Lc 18.33; 24.7, 46.