§ 217. virgen...

Mt 1.23; Is 7.14. A fin de desvirtuar el nacimiento virginal de Jesús, durante el primer siglo de nuestra era, los escribas de los fariseos, con su malhadada astucia, alteraron el texto de Isaías (TM), sustituyendo el vocablo original betulah = virgen y cambiándolo por almah = doncella. LXX registra aquí parthénos = virgen. (→Propuestas BTX V)

§ 218. Zab lazav...

Is 28.10, 13. Repitiendo rítmicamente verbos asonantes, y los vocablos vino y licor, el pasaje (28.1-4, 7-8) describe el proceso hacia una orgía desvergonzada que, cual danza grotesca, concluye de manera repugnante. Se pretende mostrar así la moral decadente de los sacerdotes y sus cómplices, los profetas. Su actitud ante la predicación de Isaías (v. 9) concluye con expresiones silábicas burlonas, mezcla del balbuceo del lactante y las incoherencias del borracho (Pr 23.29-35). Las sílabas (v. 10) comienzan con Q y S, y sugieren un mandamiento y una regla. El desarrollo, vivo y original, tendrá un desenlace sorprendente (v. 13). En plena borrachera, ridiculizan al que procura enseñarles, remedando burlonamente sus oráculos, como si se tratara de una lección de abecedario para párvulos. Pero Isaías les retorna la burla mediante un oráculo divino balbuceante y extraño, y como eco sarcástico y terrible, la respuesta llegará a manifestarse en el misterioso…

§ 219. en común contigo...

§ 219. en común contigo...

Jn 2.4. La pregunta ti emoì kaì soí = ¿qué tengo en común contigo? (similar a Mr 5.7) evidencia que Jesús fue colocado en el útero de María como Cigoto Divino. Es decir, María no contribuyó con la carga cromosómica necesaria para la fecundación de la vida del Hijo de Dios. Este, por tanto, es sin padre (Lc 2.48-49), sin madre (Mt 12.50), sin genealogía (Mt 1) →He 7.3; §224; §292.

§ 220. mi lenguaje...

§ 220. mi lenguaje...

Jn 8.43 mi lenguaje... Mt 26.73 manera de hablar... Gr. laliá = dialecto, pronunciación. Discurso que muestra el país de origen de quien habla. De allí el modo de hablar mediante el cual Jesús puede ser reconocido en su procedencia del cielo. No podéis escuchar: Es decir, no podéis aceptar (Jn 8.43).

§ 221. especial...

§ 221. especial...

Jn 19.31. Aquel sábado era especial por ser el último de los sábados (83.383 sábados, desde que fue dada la ley hasta Cristo). En este orden de ideas, quizá la mejor interpretación para Mt 28.1 es: Después de los sábados (es decir, pasada ya la ley). Debe distinguirse del Shabbat Ha-Gadol (10 de Nisán) cuando Jesús entró en Jerusalén como Mesías Príncipe (Dn 9.26a).

§ 222. Eufemismos

Ocasionalmente, la Escritura registra palabras y frases toscas o descarnadas. Algunas de ellas, tales como falo (Is 57.8); falo de burros (Ez 23.20); meante (esto es, uno que mea) (1S 25.22, 34; 1R 14.10; 21.21; 2R. 9.8); estaban buenas (Gn 6.2; §173); tienen hoyo (Nm 31.15); gozada (Jer 3.2; Ez 23.1 ss.; Is 57.7-10); defecando (1R 18.27); genitales (Ex 20.26); eyaculan como caballos (Ez 23.20), etc., no pueden calificarse impúdicas o groseras. En todos estos casos, sin excepción, el traductor no tiene libertad para modificar mediante eufemismos lo que el Espíritu Santo expone sin paliativos (2P 1.21). Bien se hará a sí mismo y a sus lectores si no cambia lo coloquial por considerarlo obsceno. Estas expresiones (bien sea en un contexto cercano o remoto) advierten, exhortan y amonestan solemnemente al creyente en su comunión con el Dios tres veces santo (1Co 10.1-22).

§ 223. cosas del Espíritu...

1Co 12.1; 14.1. El lector deberá diferenciar entre pneumatika = cosas espirituales o del Espíritu y jarismata = dones (12.4). Pablo emplea el vocablo jarismata para subrayar la manifestación, el don como tal, mientras que con pneumatika remarca el Espíritu refiriéndose primordialmente a manifestaciones espirituales desde la perspectiva de cómo el Espíritu es quien dota a la persona y, al mismo tiempo, señalando a aquellos que son así dotados.

§ 224

Se debe diferenciar entre sullémpse (Lc 1.24, 36), y sullémpse en gastrì (Lc 1.31). Evaluando el entorno judío en tiempos del Señor Jesús, notamos que en la frase sullémpse en gastrì subyace una tradición lingüística específica que define mejor el acto de quedar encinta que el de concebir. El verbo sullémpse (futuro medio del indicativo griego) referido siempre al acto de concebir (Lc 1.24, 36), difiere de sullémpse en gastrì que expresa el estado de gravidez (Lc 1.31). Esta última frase es trasvase del vocablo hebreo yalad = tener en el vientre (Is 7.14), que acertadamente la LXX traduce en gastri exei en concordancia con Mt 1.18: euréthe en gastrì éxousa = fue hallada teniendo en el vientre. En su pertinaz esfuerzo por desvirtuar el nacimiento virginal de Cristo, los masoretas cambiaron yalad en Is 7.14 para que se lea hara = concebir, un registro que, lamentablemente, muchas versiones siguen servilmente (§217; §219).

§ 225. en el profeta Isaías...

Mr 1.2. La cita en los versículos 2 y 3 es compuesta. La primera parte corresponde a Mal 3.1 y la segunda a Is 40.3. Por lo tanto, es fácil ver por qué los copistas habrían alterado las palabras: en el profeta Isaías (lectura encontrada en los más antiguos testigos representativos de los textos Alejandrino, Occidental y Cesariense) a la fórmula introductoria más completa: en los profetas. Por otro lado, el registro en el profeta Isaías se podría explicar por la utilización de la figura de dicción sinécdoque que describe que un vocablo recibe algo de otro, por estar asociado con él mediante alguna conexión, como cuando se toma la parte en lugar del todo o viceversa. Existen varios pasajes en la Escritura en los que se utiliza esta figura de dicción. Uno muy interesante se presenta en 1R 11.32, donde se menciona solamente una tribu, pero (por sinécdoque) se incluyen también a las de Benjamín y Simeón, así como los levitas y otros que…

§ 226. me preparaste un cuerpo...

Sal 40.6. Este registro es una profecía directa de la encarnación de Cristo, y así lo registra la Epístola a los Hebreos 10.5. No obstante, los masoretas sustituyeron la frase con las palabras abriste mis oídos (¡cualquier cosa que esto signifique!). LXX preserva la lectura original, tal como lo cita el texto griego del NP.

§ 227. Secuencia LXX vs. TM

Ez 7.3-9. Secuencia LXX vs. TM: 7.3, 7a, 8, 9, 7b, 4, 5 [[6]], 10. El libro de Ezequiel ha sufrido un proceso de revisión editorial del que es fruto la forma textual representada por el TM. El TM presenta adiciones de diversos tipos a lo largo del libro. En décadas pasadas las diferencias entre los textos hebreo y griego del libro de Ezequiel eran atribuidas a cambios ocasionados a lo largo del proceso de transmisión textual. El TM de este libro resulta ser uno de los más corrompidos entre los libros bíblicos. Al igual que sucede en los libros de Josué, Samuel, Jeremías, entre otros, las diferencias más significativas entre los textos hebreo y griego del libro de Ezequiel se remontan a la época de formación literaria del libro y poco tienen que ver con la actividad posterior de los copistas hebreos o del traductor griego.

§ 228. arrebatan... llave del conocimiento... violenta...

Mt 11.12 arrebatan... Lc 11.52 llave del conocimiento... Lc 16.16 violenta... La confabulación contra las Sagradas Escrituras se evidencian en las palabras de Jesús a los doctores de la ley cuando los acusa de haber quitado la llave del conocimiento impidiendo la entrada (Lc 11.52) al reino de los Cielos. Pero, ¿cómo habían quitado esta llave? En tiempos de Jesús ya se habían cumplido (y se estarían cumpliendo en los siglos venideros) las proféticas palabras de Isaías (8.16) y Jeremías (8.8) cuando dice el primero, que serían manifestados aquellos que ponen sello a la ley para que no pueda aprenderse, y el segundo: al convertir la ley de YHVH en mentira a través de la pluma engañosa de los escribas. Con su malhadado ingenio, los soferim, escribas y fariseos (y posteriormente los masoretas), durante mil quinientos años, produjeron cambios en un texto que llegó a convertirse en el actual Texto Masorético (ver La Historia del Texto Sagrado -…

§ 229. Libro de Jeremías

§ 229. Libro de Jeremías

Los textos hebreo y griego del libro de Jeremías difieren considerablemente, tanto en el texto (variantes, adiciones y omisiones) como en el orden de los materiales que componen el libro. Representan dos ediciones diferentes, las dos atestiguadas por manuscritos de Qumrán: el texto de la versión griega corresponde al de la primera edición y el del TM al de una segunda edición. El texto de LXX es una octava parte más breve que el TM.

§ 230. habitaré con vosotros en este lugar...

Jer 7.3, 7. Prob. la vocalización original del pasaje está preservada en LXXA y VUL: habitaré con vosotros en este lugar. La idea de un texto presumiblemente original, según el cual Dios puede habitar con el hombre, resultaba repulsivo para algunos escribas, y de allí el texto fue modificado al menos difícil os dejaré habitar en este lugar (TM y LXX).

§ 232. Diferencias entre textos paralelos

En varias partes, todos los testigos del Texto Hebreo contienen versiones paralelas de una misma unidad literaria. Algunas reflejan formulaciones diferentes de un mismo Salmo (Sal 18 // 2S 22; Sal 14 // Sal. 53), la misma lista genealógica (Esd 2 // Neh 7.6-72), segmentos de libros (Jer 52 // 2R 24.18-25.30; Is 36.1-38.8 // 2R 18.13-20.11) y aun segmentos extensos de un libro completo (p. ej. largas secciones de Crónicas que corren paralelas a Samuel y Reyes).

§ 233. Distintas ediciones de Proverbios

Más allá de lo que podría considerarse como una libertad de traducción de la LXX, es posible discernir en esta versión ciertas características editoriales reconocibles en el orden, omisiones y adiciones que difieren del TM, PS y VUL. La mayor diferencia en el orden pertenece a los capítulos 24—31, que la LXX registra según el siguiente orden, denotado conforme a la numeración de capítulos y versículos del TM: 24.1-22; 30.1-14; 24.23-34; 30.15-33; 31.1-9; 25-29; 31.10-31. Muchos versículos, tales como 4.7; 8.33; 16.1, 3; y 20.14-19, están omitidos en la LXX y otros han sido añadidos, aunque solo unos pocos están basados en un texto hebreo original distinto.

§ 234. Y recuperación de la vista a los ciegos...

Is 61.1. Uno de los milagros más frecuentes ¡y portentosos! realizados por el Hijo de Dios, fue que los ciegos volvieran a ver. En el caso del ciego de nacimiento (Jn 9.1-41), Jesús, haciendo lodo con su saliva, rellenó sus cuencas vacías. Esto, obviamente resultaba inadmisible para los dirigentes de Israel, y así, la maravillosa mención de que Jesús el Mesías daría vista a los ciegos, fue obliterada del texto hebreo (TM).

§ 235. Israel...

Gn 32.28. La mayoría de diccionarios bíblicos simplemente lo asocian con el verbo contender de Gn 32.28 y dan un sin fin de significados (el que contiende con Dios, Dios se esfuerza, el príncipe de las llamas, el único elegido, El que lucha por Dios, Pueblo Santo, Fuerza de Dios, etc.). Otros, más cautos, prefieren indicar como incierto el significado y etimología, y solamente indicar que se refiere a un nombre propio masculino. Sin embargo, la palabra Israel contiene en sí misma la simiente para la realización del pacto entre Dios e Israel que mantendrá en la memoria (Ro 11.2) y en la identidad de esta descendencia a través del tiempo y definirá las reglas de su relación con la divinidad. El vocablo Israel (ישׁראל), está compuesto por cinco (5) letras. Las primeras cuatro (4) corresponden a las iniciales de los nombre de Isaac (יצחק), Sara (שׁרה), Rebeca (רכקה) y Abraham (אכרהם). La última, corresponde a la decimosegunda (12.ª)…

§ 236. Horadaron...

Sal 22.16. El Salmo 22 ocupa el lugar santísimo en la obra de redención. Con todo detalle describe los sufrimientos de la muerte por cruz siglos antes de ser inventada por los romanos. Uno de los versículos clave es el versículo 16, el cual, en efecto, describe cómo Jesús fue literalmente clavado en la cruz. Con una simple inserción de vocales, los masoretas cambiaron la palabra ka’aru = horadaron por la palabra ka’ari = como un león. Es importante recordar que originalmente... ¡el texto hebreo no tenía vocales!

§ 237. Aun así... sanaré...

Jn 12.40; Mt 13.15; Hch 28.27; Is 6.10 Aun así... El súbito cambio verbal del subjuntivo (vieran, entendieran, fueran convertidos) al indicativo (sanaré) da una fuerza particular a la preposición kai como adversativo. Es decir, sin embargo, a pesar de ello, aun así. Este giro del idioma, marca de manera magistral el misterio del endurecimiento parcial de Israel (Ro 11.25) que es posible observar en tipos tales como la vara y la peña (Nm 20.8-11) y la maldición de la higuera estéril (Mr 11.13-14). sanaré... Las palabras de Isaías citadas por Jesús hablan de la restauración de Israel en el tiempo verbal de indicativo futuro. Las multitudes que lo escuchaban no podían creer (Jn 12.39; Mt 13.11) en su Mesías hasta que entrara la plenitud de los gentiles (Ro 11.25). Isaías en otra de sus profecías nos anuncia que YHVH volverá a recobrar con su mano, por segunda vez, al resto de su pueblo (Is 11.11).

§ 238. enfureció... enfurecido...

§ 238. enfureció... enfurecido...

Jn 11.33, 38 enfureció... enfurecido... Mt 18.34 enfurecido... Mr 1.41; 3.5 enfurecido... ira... Debidamente analizada a la luz del contexto teológico, la lectura orgistheis registrada en el Códice Beza (D), en Mr 1.41, debe ser preferida. La furia divina, expresada en el resoplar de sus narices (Sal 18.7-8, 15) se aprecia en unos, muy pocos, pasajes de los Evangelios (Mt 18.34; Mr 1.41, 43; 3.5; Jn 11.33, 38).

§ 239. hiciera ineficaz...

He 2.14. Gr. katargéo. En la cruz, el lugar de la muerte, tuvo lugar el encuentro decisivo entre Dios y Satanás. El Hijo vino al mundo con este propósito para que a través de la muerte, su muerte, pudiera reducir a la impotencia, a nuestro enemigo el Diablo, quien empuñaba el poder de la muerte.

§ 240. gehena...

Mt 5.22; Mr 9.43; Lc 12.5; Jac 3.6 Así españolizado por la Academia, este término es transliterado en muchas versiones de la Biblia. Está registrado exclusivamente en Evangelios y en la epístola de Jacobo. Las palabras hebreas Ben-Hinom, formaron el término griego gehenna. El topónimo hebreo describe un estrecho valle situado al sur de Jerusalén, el cual llegó a convertirse en un vertedero de basura. Allí eran lanzados escombros, desechos y animales muertos para ser quemados; motivo por el cual de allí salía fuego y una continua humareda. El sitio más ancho de este valle (llamado Tófet) era el lugar donde los habitantes de Judá llegaron a ofrecer sacrificios humanos al dios Moloc. En honor de este abominable ídolo, los reyes Acaz y Manasés quemaron allí incienso y le ofrecieron en sacrificio a sus propios hijos, haciéndolos pasar por el fuego (2Cr 28.1-3; 33.1-6). Así, este lugar llegó a convertirse en figura escatológica del lugar de…